Desde hace algunos años la generación millennials viene marcando un antes y un después en la compra de primera vivienda. Se trata de una generación afectada por la crisis de la década pasada, solo podían acceder a trabajos precarios, mal pagados e inestables.
Siempre leemos en las revistas que esta generación tiene unas prioridades diferentes a las de sus padres y por eso no comprar una vivienda pronto o no muestran ningún interés por adquirir un inmueble en propiedad.
Si analizamos la situación socioeconómica de los millennials, observamos unas pautas generales.
La dificultad de acceder a una hipoteca del 100% del importe de la vivienda. Muchos comparten vivienda de alquiler y aunque se les critica por preferir viajar antes que ahorrar para una vivienda, es comprensible que prefieran un viaje de dos semanas durante sus vacaciones que un ahorro a muy largo plazo. Suelen contar con salarios muy escuetos que no permiten ahorrar para la entrada de un piso a la vez que pagan el alquiler. Hay quien los tacha de generación superficial y con poca capacidad de sacrificio pero con su inestabilidad laboral es comprensible que prefieran disfrutar de la vida en el centro de la ciudad hasta que decidan comprar su propia vivienda.
La generación millennial se casa más tarde que las generaciones anteriores. Aquí incluimos las parejas de hecho. Comprar una vivienda en una gran ciudad con un único sueldo es muy complicado, cuando tienen pareja estable suelen buscar una vivienda que puedan pagar. Con frecuencia esto supone abandonar el barrio en el que viven para poder optar a pisos más amplios o con zonas comunes.
Se trata de una generación que prefiere gastar el dinero en experiencias más que en posesiones. No se trata de una generación derrochadora, pensemos por ejemplo que la mayoría de ellos no quieren un coche propio. Hace unos años comprar un coche formaba parte del desarrollo personal, ahora, pensemos que los 25000€ que podrían destinar a un coche nuevo podrán usarlo para la entrada de su hogar.
Un millenial busca un lugar que se adapte a su estilo de vida, en una zona en la que sentirse cómodo y tener todos los servicios alrededor. Esta generación es muy diversa pues la mayoría de estos jóvenes han tenido que reinventarse, cambiar de ciudad por trabajo e incluso mantienen la puerta abierta para lanzarse hacia una nueva oportunidad laboral sin importar donde esté.